Por Ikusmira Ondarea

El pasado martes 10 de enero de 2017, en el edificio de La Bolsa en el Casco Viejo de Bilbao, participamos en el primero de los cuatro foros temáticos que ha organizado Lurralde Bizia (Departamento de transportes, movilidad y cohesión del Territorio de la Diputación Foral de Bizkaia).

El objetivo que ha movido la creación de estos foros es la de establecer el marco de contenidos para la revisión del Plan Territorial Parcial del Bilbao Metropolitano y promover la participación en torno a ellos a partir de sesiones de trabajo de participación pública.  A lo largo de enero y febrero de este años se van a trabajar distintos temas que influyen directamente en la creación del futuro desarrollo del Bilbao Metropolitano.

El primero de los temas tratados ha sido sobre los Paisajes de Bilbao Metropolitano. Compartimos mesa con Ander de la Fuente, arquitecto que trabaja desde la Catedra de la Unesco en temas de paisaje cultural. En la presentación nos acompañaron representantes instituciones como Ángel Anero, director general de Cohesión del Territorio/ Departamento de Transportes, Movilidad y Cohesión del Territorio / Diputación Foral de Bizkaia y Vicente Reyes Diputado Foral de Transporte, Movilidad y Cohesión del Territorio.

 

Fue una oportunidad que nos permitió plantear las 5 fases que determinan la capacidad de influencia del patrimonio en el planeamiento. Así, planteamos como línea de debate y reflexión la importancia del patrimonio cultural y el paisaje industrial como base en el planeamiento territorial. De igual manera hablamos de la necesidad de trabajar desde el ámbito supramunicipal como espacio de relación de la Ría de Bilbao. El objetivo que perseguíamos era el de percibir el patrimonio cultural y los espacios patrimoniales en los que se asientan como lugares para la oportunidad para planeamiento de base patrimonial.

Comenzamos con una introducción sobre el concepto de patrimonio y paisaje que no s sirvió de base para poder analizar el paisaje y el patrimonio industrial en el Bilbao Metropolitano. De esta manera, y en función del grado de reconocimiento que tiene el patrimonio/paisaje, planteamos las 5 fases que determinan su capacidad de influencia en el planeamiento:

Fase de descubrimiento. Momento en el que se investiga y cataloga por parte de la comunidad científica.

Fase de reconocimiento. Parte de la población (los expertos) y luego toda en su conjunto acepta y comparte los valores del paisaje; éste empieza a formar parte de la imagen colectiva de un territorio, en este caso del área de Bilbao Metropolitano.

 

Área del Bilbao Metropolitano

Se protege, bien mediante la legislación, bien desde el planeamiento municipal

Fase de visualización. Es un estadio importante, ya que los elementos principales de un paisaje (no tienen por qué ser los más significativos) pasan a ser visibles y a tener presencia física. En esta fase se procede a la consolidación y/o restauración de esos elementos. Sin embargo, en esta fase se han detectado peligros que afectan a los elementos patrimoniales como la descontextualización, la pérdida de carácter e identidad o la falta de uso, peligros que al final no aportan valor al espacio patrimonial, diluyéndolo y borrando las relaciones entre elementos que estaban presentes en el sustrato inicial.

 

Cargaderos de mineral en la Ría de Bilbao

Fase de creación. El paisaje se estructura para hacerlo más comprensible, pasando a ser un recurso que estructura el territorio. Aquí es donde entre el concepto de interpretación del patrimonio y del paisaje.

Fase de aportación. El paisaje tiene influencia directa en el planeamiento, que se

materializar el sentido del lugar, lo que redunda en positivo en todo el espacio, revalorizándolo.

Estas dos fases son en las que tenemos que afrontar en la revisión del Plan Territorial Parcial como una oportunidad para revertir la dinámica actual y hacer del paisaje y del patrimonio una palanca para el desarrollo territorial.

La fase de creación ha permitido la gestación y desarrollo de museos, espacios culturales, se ha intervenido en paisaje y se han reutilizado recursos patrimoniales; sin embargo, aún nos queda la creación de una visión completa y global del paisaje, el patrimonio y el territorio que evite la descontextualización y la pérdida de carácter. Todavía estamos trabajando en ella.

 

Área de Zorrotza-Burtzeña (Bilbao-Barakaldo). Espacio de oportunidad

La fase de aportación, que es en la que tenemos que trabajar y a la que se deben encaminar todos los esfuerzos, debe tender a afrontar de manera valiente la importancia del patrimonio y el paisaje industrial para la que la revisión del PTP constituya una oportunidad inmejorable de crear territorio.

Así, nos ayuda a pensar de manera territorial como marco de desarrollo del planeamiento, y a no forzar el paisaje a encajarlo en una manera determinada de entender el planeamiento, sino que, bien al contrario, hacer que el paisaje marque las pautas de desarrollo del área metropolitana, convirtiéndose en un factor importante para conjugar el riesgo de crear espacio homogéneos y mundializados. De lo contrario, si no entendemos el valor del patrimonio cultural, el Bilbao Metropolitano se puede transformar en un continuo indiferente e indefinido, sin referencias y sin carácter, que difícilmente creará lazos emocionales con sus habitantes.

En la fase de aportación, como momento de creación de la identidad paisajística y patrimonial, tiene mucho que ofrecer el paisaje industrial del área metropolitana de Bilbao. La ría de Bilbao esta formada por elementos valiosos en sí y por las relaciones de los unos con los otros, aportando al espacio significado, sentido de lugar. Las relaciones entre los elementos patrimoniales de un mismo periodo, o aún de periodos diferentes, tienen tanta o más importancia que los propios elementos.

Por ello, cuando se preservan o se realzan se generan con naturalidad ámbitos interesantes que pueden influir en áreas incluso relativamente extensas. Bien calibradas las fuerzas y esfuerzos, actuar en un elemento llave puede ser garantía del éxito en la intervención de esas áreas extensas.

No obstante, hay que tener cuidado y no utilizar el patrimonio como excusa cuando lo que se quiere son transformaciones radicales que hacen desaparecer TODO, incluso aquello que se mantiene. Si se actúa sin entender el sentido del lugar, el patrimonio y el paisaje quedarán ahogados en nuevos desarrollos muy densificados.

Expresión social en el barrio de Rekalde (Bilbao)

Por ello, y a modo de conclusión, podemos decir que preferimos regeneraciones lentas y espontáneas en los que la población local tiene mucho que aportar y determinar, haciendo suyo el planeamiento. No hay que tener miedo a los espacios vacíos, sino tener estrategias bien definidas que permitan reutilizar los recursos patrimoniales bien como contenedores de actividades, bien como referencia o simplemente como imagen propia, con sentido de lugar.

 

 

 

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