En una entrada anterior se discutía sobre la existencia real de los “paisajes eléctricos” como paisajes culturales. Para seguir con la cuestión, además de la evidencia de que vendrían determinados por la presencia de infraestructuras eléctricas históricas (o no?),  tal vez se podrían definir por otras  tres características:

  1. Se darían básicamente allí donde no existen otros elementos culturales que los enmascaren, ya que de existir otros elementos, raramente los eléctricos serían dominantes. Por ello suelen ser más frecuentes en territorios que ya sean “marginales” por aislamiento, decadencia, paisaje no reconocido, u otras razones. En ése sentido, tendrían un evidente sentido cultural.
  2. Se darían allí donde se produce la electricidad, y sólo raramente donde se distribuye.
  3. Se darían en lugares con débil sentido del lugar por ausencia de otros componentes, una situación que puede haber sido provocada por la creación de la propia infraestructura eléctrica. En estos casos, se reafirmaría su carácter cultural.

De cualquier modo, la idea del paisaje eléctrico nos ha llegado (¡como tantas otras!) de Italia, aunque con  unas connotaciones muy claras centradas en la “arquitectura de la electricidad”. Esto es, lo que realmente se valora es el edificio moderno en su relación con el entorno, que suele ser estridente al principio, “integrada” con el tiempo. Fuente: http://zaleza.blogspot.com.es/un blog sobre Frias, Burgos

En España también han sido estudiadas con interés algunas centrales como hecho artístico, particularmente las asturianas que incluyen murales de Vaquero Turcios, aunque sin llegar a hablar de paisaje eléctrico. Un edificio puede dar un sentido a un paisaje, por supuesto, pero si la propia expresión paisaje eléctrico nos remite a una idea de amplitud, ¿no habría que pedir mas?. Pedir como mínimo que ses un tipo de paisaje (¿?) fácilmente reconocible, con carácter propio, fuerte, definido, estimulante, tal y como sucede con el paisaje del patrimonio industrial, por ejemplo.

Y sin embargo, en nuestro entorno cultural al menos, lo eléctrico en el paisaje se asocia con grandes espacios. Grandes si, pero vacíos. Vacío de habitantes, desiertos. Particularmente allí donde los embalses han desplazado la población de los valles fértiles, que son unos cuantos. Aun cuando otros muchos pueblos también se han deshabitado sin intervención de la electricidad, en los embalses existe al menos un culpable silencioso al que poder injuriar. Recordemos aquellos versos de Labordeta: “escúpele al pantano y a quién lo hizo, que nos quito la tierra, casa y panizo (maíz)“.

En la actualidad la mayoría de los embalses conforman  paisajes de vivos contrastes, con agua, con vegetación incluso. Sin embargo, rara vez son valorados, menos aún comprendidos. La prueba es su escasísimo desarrollo turístico, que es un excelente medidor del nivel de apreciación popular de un lugar.

 

Algo peor incluso se podría decir de los paisajes del transporte eléctrico, que son incluso perseguidos, a pesar de su teórico simbolismo industrial. Y en cualquier caso, son mucho menos respetados que las fábricas de producción. El ejemplo típico es el actual Parc Fluvial del Besòs,  un parque de un verde sobrevenido, como cantábrico, que ocupa la parte inferior del cauce artificial del río, cuando no va lleno de agua.

Riu-Besòs-abans

Como se aprecia en ésta imagen de finales del siglo pasado, el río se había convertido, desde los años 70,en un verdadero paisaje eléctrico, con una serie de enormes torres de alta tensión que seguían el trazado del cauce, partiendo de las populares “Tres Chimeneas” de la playa de Sant Adrià. Por cierto que también hay propuestas para derribarlas. Qué se le va a hacer, si el Besòs es uno de esos ríos que mueve más estudiosos que agua!

Y para rematar, los paisajes de los molinos eólicos que, con pocas excepciones, sólo proliferan allí donde nadie va a alegar “destrucción del paisaje”, normalmente porque ya no queda nadie para alegar. Un caso paradigmático els el páramo de Masa, el más extenso y conocido de entre los burgaleses.  Hasta hace pocos años, el predomio de las líneas horizaontales era sobrecogedor. La sensación de vacío, especialmente en invierno, intensa e inevitable. Era, aún es, un paisaje grandioso por lo escasamente humano. SU conversión acelerada en un verdadero paisaje eléctrico, sembrado con un gran número de aerogeneradores no ha acabado con la soledad, que en cierta manera es mas intensa, pero sí con el predominio de las horizontales.

ParamoMasa

Curioso contraste del memorial de Rodríguez de la Fuente, divulgador del peculiar “paisaje del vacío” del Páramo de Masa (Burgos), oteando el estrambótico paisaje posmoderno del propio Páramo, con algunos centenares de aereogeneradores pero… todavía sin gentes. Fuente: http://zaleza.blogspot.com.es/,un blog sobre Frías, Burgos

Claro que siempre nos quedará el Land Art…

TorresALtaTension

Diseño de la firma estadounidense Choi + Shine para Islandia. El futuro va por aquí, al menos mientras los cables sean necesarios.