El concepto de “paisaje eléctrico” es muy reciente, de hace unos pocos años tal vez, y surgió probablemente en el norte de Italia. La idea es que existen unos ciertos paisajes en los que la electricidad, tanto su producción como su distribución y aun su consumo, es la protagonista, constituye el núcleo semántico del paisaje.

Como parte importante del patrimonio industrial, es comprensible el interés que despiertan. La electricidad ha producido en realidad, cambios más profundos que los generara en su día el carbón o la gasolina, Sin embargo, sus características la convierten en un elemento geográfico relativamente poco relevante, por lo general difícil de captar excepto allí donde se produce. De hecho, no es fácil definir paisajes en los que sea la principal protagonista. Pero vamos a lo principal, ¿existen de verdad unos ciertos paisajes eléctricos?. De existir, estarían allí donde…

  • las fuentes de producción fueran el referente semántico:centrales térmicas, presas, huertos solares, molinos…
  • o donde las redes de distribución supongan una componente importante del paisaje y lleguen a condicionarlo
  • o por el contrario, allí donde otras formas de energía destaquen por su ausencia?

Vámonos al Pirineo Central, por encima del venerable (y urbanísticamente degenerado) balneario de Baños de Panticosa, donde la actividad de las compañías eléctricas se dejó sentir a partir de los años 20 con la construcción de la central hidroeléctrica de Baños, alimentada por una serie de embalses, algunos de ellos situados por encima de los 2.500 m.

En ésta región del Pirineo la actividad humana previa a la electricidad había sido muy escasa, algo más frecuente en las proximidades de la frontera al tener mejor acceso por la vertiente norte. El camino que sube a las presas (1924 Ca) es, de hecho, obra de la compañía Hidroeléctrica Ibérica, de Bilbao, que consiguió electricidad para consumo de la ciudad con estas instalaciones situadas a unos 280 km de distancia, lo que puede considerarse como un logro importante para la época.

El medio natural se vio notablemente alterado por la industria hidroeléctrica, básicamente por la construcción de hasta 7 embalses en las cotas altas del valle, represando antiguos “ibones” (lagos glaciares), algunos de ellos con paramentos que permiten aumentar el volumen embalsado durante el deshielo. Todo éste sistema, como es frecuente en zonas de alta montaña, está conectado por galerías excavadas en la roca y chimeneas de equilibrio que se mantienen en buen estado después de casi un siglo, en buena medida debido a que están excavadas en roca granítica. Éste proceso se dio de forma similar en buena parte del Pirineo.IMGP3056

La presa de Bachimaña Alto en verano. Fuente: Autor

La pieza más interesante es la presa del embalse (antes ibón) de Bachimaña Alto. Con algo más de 38 m de altura, sus paramentos de sillería magníficamente elaborados y la pureza de sus líneas la convierten en un elemento con evidentes valores estéticos y simbólicos perfectamente coherentes con las tendencias artísticas de la época. Un elemento patrimonial, claramente.

Su relación con el entorno natural puede ser objeto de debate, pero en cualquier caso, de seguro que no deja indiferente a nadie, como es propio de su condición artística.

Para el ignorante, la presa parece mantenerse en su estado original, con su perfecto trabajo de cantería intacto, sin embargo…

El carácter ácido del agua embalsada ataca al mortero de unión de las piedras de mampostería, por lo que es obligado inyectar mortero de cemento periódicamente en todas estas presas. La necesidad de las inyecciones se detecta por las filtraciones en el paramento de aguas abajo… (F.Galán)

De manera que se exige un mantenimiento continuo, nada fácil a estas alturas.

Todos estos embalses alimentan, aun durante el invierno,  la central hidroeléctrica de Baños (1927), que se insertaba sin estridencias en el conjunto del balneario de Panticosa, situado unos quinientos metros mas abajo. El tubo principal corre al aire libre, y está diseñado para evitar retenciones de agua que pudieran causar su rotura por congelación durante el invierno. Éste elemento, equiparable a lo que los arquitectos denominaban hace unos años como “intervención de Land Art”, es el más impactante del valle, como se aprecia en la imagen.

Central de Baños

La central de Baños y el tubo de alimentación. Fuente: ESTEYCO

La belleza salvaje de la ladera, con marcas evidentes de erosión glaciar, se ve fuertemente afectada por la tubería, y sin embargo es improbable que nadie proteste por ello. En realidad, no afecta a la percepción del espacio de casi nadie. Es incluso difícil encontrar referencias de su presencia. Y sin embargo podría ser parte importante en la formación del sentido del lugar, porque Baños de Panticosa, además de lugar balneario, es un centro industrial patrimonial, con una central que lleva casi 90 años funcionando. O debería serlo, porque en realidad no lo es…

Esto nos lleva a definir dos características de los Paisajes Eléctricos:

  • Muchas veces pasan inadvertidos a pesar de contener elementos de gran tamaño, por lo que no suelen conformar el sentido del lugar.
  • Se dan sobre todo en lugares poco valorados, poco frecuentados. Cuando estos espacios se valoran por otras razones, la componente eléctrica  se difumina.

Una imagen romántica, típica de la editorial de postales “Escudo de Oro” de Barcelona, en la que el camino violentamente excavado en el granito, ha pasado a formar parte de un entorno idílico  que resalta la agreste naturaleza del Pirineo Central. Una imagen “de postal”, referencial, en el que la “componente eléctrica” no se percibe en absoluto.

caminoBachimaña1972


La información referente a las centrales ha sido extraída del magnífico trabajo de síntesis Centrales hidroelédctricas del Alto Aragón, de Francisco Galán Soraluce, publicado por la Fundación ESTEYCO 

 

 

One thought on “Bachimaña, ¿un paisaje eléctrico?

  1. Es un texto muy evocador con tendencia al pensamiento, y cuando se escriben estos textos, merecen la pena ser analizados, evaluados y por qué no ampliados con distintas variantes de pensamiento.
    En este caso concreto el texto se refiere a un paisaje hidroeléctrico, pero los paisaje eléctricos o electrizantes son variados. Tenemos los eólicos, los térmicos, los nucleares… todos con sus características propias y con universos propios.
    Los paisajes hidroeléctricos, si se me permite la metáfora, son paisaje amables, en una simbiosis entre el medio natural en el que se enclavan y las piezas que encajan en ella. El texto habla de la tubería que se engancha a otra pieza patrimonial, la central eléctrica, como una intervención de landart. Y es que en las fotos que hemos podido ver y, que acompañan al texto, todo parece una intervención del landart.
    Los paisajes como los térmicas crean paisajes donde no los había con sus macroestructuras productivas, con sus montañas artificiales de materiales como carbón, con sus flujos de comunicación dentro-fuera; los eólicos que remarcan las cresterías de los montes alineados cual soldados o se imponen en la linea del horizonte en los nuevos espigones portuarios…

    A veces, este patrimonio activo, no como mera pieza olvidada o decrépita, es olvidado como objeto y sujeto del llamado patrimonio cultural. Se hace hoy todavía difícil hablar del carácter utilitarista del patrimonio por la visión deformada que tenemos de él. Creemos que patrimonio es todo aquello que tuvo un uso o fin y que ahora es solo el testigo mudo de lo que fue. El patrimonio es la unión del pasado con el presente y la proyección al futuro.
    Pero me voy del tema. Paisajes eléctricos qué son, qué los definen… Si atendemos sólo a la palabra paisaje hay que hablar, en este caso concreto, de dos: el directo con su intervención en el entorno (presa, tubería forzada, central hidroeléctrica…) y el subyacente el que es difícil de observar, el que se oculta en la infraestructura subterránea de túneles y galerías que crean otro paisaje quizá de difícil proyección.
    Los paisajes eléctricos, y, en este caso los hidroeléctricos, conectan lugares lejanos con entornos urbanos a través de los claves de alta tensión, a través de las torres eléctricas y se nos mete en las casas. Pasa de algo tangible, el agua a algo “cuántico” la luz. Poética metáfora de un paisaje que es real a un paisaje de la imaginación o si se me permite a un paisaje Edissoniano.

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