Fjärås Bräcka es un enclave patrimonial formado con una serie de elementos individualmente muy poco relevantes, pero que en conjunto transmiten sensaciones que pueden llegar a ser intensas, en especial al hacer presentes una formas de transporte desaparecida hace mucho tiempo.

Y es que entre 1917 y 1921 desde el pequeño muelle terminal del vapor que cubría el trayectoVästergötland–Halland, en el extremo sur del lago Lygnern, los pasajeros debían seguir un sendero sobre el espolón rocoso natural que embalsa el lago y descender  equipaje en mano los 142 escalones de la escalera hasta una minúscula estación de ferrocarril situada junto a un pozo de grava explotada por la misma empresa ferroviaria.  Desde allí, un corto viaje hasta la estación de Fjärås para continuar viaje en ferrocarril convencional hacia la gran ciudad, Göteborg, situada unos cuarenta km más al norte.
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La estación de ferrocarril en realidad era el terminus de un pequeño ramal creado para abastecer de grava a todo el sistema ferroviario sueco. Unos grandes cráteres, que en ocasiones se inundan y que se han reconvertido en hábitat acuático “de exhibición”.fjaras-3

Además de unas tumbas medievales, y de otros elementos menores, resalta la escalera, que si no monumental, si es larguísima para los estándares de hoy, y que no incluía un servicio de “mozos” para llevar el equipaje. En la imagen, un o viajeros se dirigen al ferry, hacia 1920. En invierno debía constituir todo un reto…  Fjaras_Bracka_stair

Por su significación histórica, la escalera fue reconstruida y hoy se mantiene en perfecto uso, reconvertida a su vez en itinerario geológico, en el que se van indicando los distintos niveles del mar en épocas geológicas recientes, que a su vez, explican la formación del lago.

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